El Álbum Esfera Privada - Carta a los Elkos


Comprendo muy bien cómo te sientes. Desnortado y vacío. Saturado de dar vueltas sin rumbo por un mundo que ni te acoge ni te valora. Obligado a labrarte un futuro incierto en el que no cabe tu impresionante capacidad creativa. Sentenciado a calcular opciones realistas en vez de ofrecer a la sociedad tus proyectos vanguardistas. Las ruinas de tu inteligencia en el lugar de tu genialidad apuñalada.

Y a ti también te entiendo. Enmarañada en la telaraña de tus decepciones. Una detrás de otra. La existencia resulta mucho más compleja de lo que pensabas. Y sin embargo tu corazón esconde todavía esa capacidad infinita de amar que iluminaba tu sonrisa resplandeciente cuando apenas despertabas. Cuando despertabas… ¿te acuerdas? Danzabas con el cabello suelto, te morías de pura ilusión al cruzar una mirada, con esos ojos tuyos dibujando primaveras de ternura…

Hemos compuesto el disco para ti. Y para ti. Sí: para ti que estás leyendo. Pasa por favor, no tengas miedo, traspasa el umbral de una dimensión espiritual. Será nuestro secreto. Nuestra Esfera Privada.

Siéntate. O mejor túmbate en la cama. Ponte los auriculares y cierra los ojos. Cuando escuches el gemido indio que destapa la magia, habrás despegado. Puedes empezar a creer. Si te dejas envolver por la atmósfera instrumental de Portada… Atmósfera de noche cuando el avión sobrevuela las nubes y ya no existe el tiempo. Ni las horas. Solo los sueños. Y la felicidad.

Lo primero que descubrirás después será la cercanía de una voz que te habla hasta las junturas más íntimas de tu ser interior. Una voz masculina entre juvenil y madura, entre suave y desgarrada, entre salvaje y reservada, entre vulnerable y asustada, o acaso traspasada por el sentimiento. Sentimiento de esperanza, decepción, amor, indignación, admiración, soledad o ensoñación. Una voz hipnótica que te envuelve mediante la tersura de melodías que se cuelan en tu fantasía. Melodías que suben y bajan en la noria de tus latidos, mientras preguntan, convencen, escuchan, gritan, susurran o te muerden…

Una voz enamorada de la lengua española. Quería contarte historias. Quería dialogar contigo, como en esta carta. Quería que me comprendieras, quería que te implicaras, que participaras, que te identificaras, que entendieras cada una de las palabras, en tu idioma, quería establecer una unión de hispanohablantes de todo el mundo dispuestos a compartir un sueño. El sueño de la paz en América Latina. El sueño de una España donde la convivencia se centre en la ilusión y no en el enfrentamiento. El sueño de la civilización del amor. Aunque los adultos digan que no es posible, no es verdad. Nada es imposible para los que tienen fe.

No podrás dejar de escuchar Elko ni un solo día de tu vida. Vas a cambiar. Te transformarás. Ten cuidado. Levantarás sospechas. Todos verán a tu alrededor que ya no miras abajo, que ya no aceptas resignado la injusticia, que ya no renuncias al amor verdadero. No te rindas nunca. Nunca jamás.

Soy como tú. No soy un artista distante y lejano. Soy una persona hipersensible que sufre mucho, que comete errores, que cae y se vuelve a levantar sin cesar, con problemas de salud y momentos de bajón afectivo. Pero también de alegría y plenitud. Y todo eso he querido expresarlo con las letras. He intentado desnudarme en palabras con todo lo que ello implica de riesgo personal.

Ha llegado el momento de que te revele el secreto musical de Elko: la trenza. Fíjate bien en un aspecto a medida que vayas escuchando las canciones del disco. Verás que cada uno de los instrumentos es un hilo que se entrelaza con los demás, aportando de este modo su ornamento particular, su color inefable al conjunto, que se convierte así en una tapicería de delicadísima factura. O bien imagina que cada una de las líneas instrumentales es una mecha de hermoso cabello, y que la chica compone con ellas una trenza de atractiva insinuación. La chica es la música. Y la trenza es la belleza.

Nuestro sueño sería poder compartir contigo esta estética musical. Nuestro sueño sería ver que después de miles de escuchas eres capaz de reconocer en su precisión el latido milimetrado de la batería, el bombeo aterciopelado del bajo, el arco iris de los teclados, el manantial transfigurado de las guitarras, el bosque misterioso de los arreglos, el océano profundo de la voz y la caricia lejana de los coros.

Si pudieras encontrar un refugio en nuestra música, si pudieras recuperar la esperanza, si te pudiera consolar en los momentos de pena o enfermedad, animar en los momentos de felicidad y darte las alas que la vida te cortó, si pudiera cicatrizar las heridas que el pasado te produjo, las heridas que te afligen, te atormentan y no te dejan amar, si pudieras por fin levantar el vuelo, salir del bazar de tu tristeza, si pudieras respirar a pleno pulmón y volver a  empezar, entonces acabaríamos siendo cómplices y amigos de verdad.

El disco Esfera Privada se cierra con el tema Sed, disposición interior de la persona que nunca se cansa de esperar, la persona que prefiere la fiebre del anhelo a la anestesia de la vida sin sentido. El tema acaba con una instrumental en la que todos los instrumentos, hilos o mechas, entretejen una apoteosis de desenfreno juvenil. Y por encima de esta apoteosis, hacia el final, lanzo un alarido de plenitud descontrolada salido de mis entrañas que expresa mejor que mil palabras el ansia de libertad que nos habita.

Un grito de libertad. Salido de las entrañas.

Solo me queda decirte que te quiero.

Jaime - ELKO